El escudo de Aragón en la Real Capilla de Santa Isabel (Zaragoza)

José Antonio Val & Daniel Pérez Artigas

No es muy común que la principal seña de identidad del reino de Aragón, ocupe lugar no solo en la fachada, sino también en el interior de uno de los principales templos barrocos de la ciudad de Zaragoza. Ello es debido a que esta iglesia fue construida por la Diputación del Reino para honrar a una santa aragonesa; Santa Isabel de Aragón, reina de Portugal.

Un poco de Historia. En el año 1682 se iniciaron las obras de la iglesia de Santa Isabel tras tomarse un acuerdo por el cual la Orden Teatina proporcionaba el solar y la Diputación del Reino de Aragón se comprometía a hacerse cargo del edificio. La construcción  la iniciaron los maestros de obras Miguel Sanclemente, Pedro Martínez, Miguel Cebollero y Francisco López. En este mismo año fueron contratados los canteros Pedro de Aguirre y Juan de Aguirreche para cortar y labrar la piedra “caracolenca” con destino a la fachada, designando con ese peculiar nombre a un tipo de piedra  rica en fósiles, extraída de una cantera cerca de Fuendetodos. Más adelante, a partir de  1696,  un nuevo cantero llamado Francisco Urbieta intervino en el corte de piedras y molduras procedentes de la cantera de Épila. Parece ser que los ricos trabajos de labra en alabastro que adornan la fachada se debieron a los maestro ensambladores Jaime Ayert y Francisco Pérez Artigas. En cuanto a la completa terminación de la iglesia, sabemos por sendos trajones colgados en el trasaltar que en el año 1704 “se blanqueó y exornó esta Real  Capilla” y “concluiose esta Real Capilla y templo de Santa Isabel en el año 1706”. Tristemente, la institución patrocinadora, tenía los días contados. Con los decretos de Nueva Planta emanados del primer Borbón, Felipe V, la Diputación del Reino de Aragón quedó extinguida y la iglesia paso a depender del patrocinio real, por Cédula del 2 de julio de 1798, aunque siguió regentada por los teatinos.

Detalle de los motivos heráldicos del Reino de Aragón en la facha de Santa Isabel. Foto Francisco Rahen

Tras la muerte de Fernando VII. En 1835 se constituyeron de forma estable las Diputaciones Provinciales, entre ellas, la de Zaragoza. En el mismo año comienza la desamortización de bienes eclesiásticos promovida por el ministro Mendizábal. La comunidad teatina, fue suprimida. La Diputación Provincial de Zaragoza se convirtió en justa heredera de aquel templo que antaño promoviera la Diputación del Reino. Y así, por la Real Orden de la Dirección General de Rentas y Árbitros de Amortización dada a 18 de agosto de 1842, el Estado cedió la iglesia a la Diputación Provincial de Zaragoza. Mediante acuerdo del 28 de enero de 1898 la Diputación Provincial ratificó a la Muy Ilustre, Antiquísima y Real Hermandad de la Sangre de Cristo el usufructo  de la iglesia, que ya disfrutaba, a condición de que se hiciera cargo de todas las obras de reparación y conservación necesarias, sujetas siempre a los proyectos y presupuestos que redactara el arquitecto provincial. 1

Exaltación aragonesista. El resultado es una fachada en su conjunto muy moldurada con un alto basamento con motivos geométricos serlianos, rombos bajo las pilastras y grandes motivos ovalados debajo de las cuatro entrecalles. Las pilastras son toscanas, cajeadas y con basa formando un total de seis, delimitando las cinco calles dicho cuerpo principal. Todo el conjunto forma un atractivo frontispicio en donde el orden y la regularidad arquitectónica no están exentos de cierta plasticidad dinámica y de contenido simbólico. Las armas del Reino, los escudos con los nombres de los diputados, los dos santos teatinos y Santa Isabel en el nicho superior son el eje y punto fijo de la fachada. En el primer espacio, la piedra armera viene presentada de arriba abajo por una gran corona de cinco puntas y debajo el escudo cuartelado de Aragón, con el árbol de Sobrarbe, la cruz de Íñigo Arista, las cuatro cabezas de los denominados reyes moros y las barras de Aragón, con cimera coronada y entre esta y el escudo en el centro, un rostro femenino con casco y con cinta de frutos a la altura de su pecho y a sus lados sendos niños tenentes, o geniecillos, echados y desnudos que actúan como presentación del escudo. Una orla encintada y vegetalizada delimita toda la piedra armera y en los laterales sendas sirenas de gran porte, como cuerpos femeninos alados de largos cabellos rizados, tocados con corona de laurel, pechos desnudos, enorme cola de pez, portadoras de un cestillo enguirnaldado con frutos. A la altura del comienzo de sus colas se sitúan de pie sendos geniecillos desnudos dispuestos en dinámica actitud de movimiento y tocados con una banda que recorre su pecho y cae flotante a los lados, a la par que ambos blanden una larga palma en su mano derecha e izquierda respectivamente. Puede interpretarse que ambos geniecillos aluden a su papel como elementos mediadores entre el Reino y sus servidores, en la figura de los diputados, cuyos nombres se sitúan en la cartela inferior. Curvilíneos cueros recortados recorren estos los motivos decorativos del ciclo narrativo superior dejando apenas espacio para un fondo con placas de alabastro blanco.

Cúpula central, con las cuatro pechinas decoradas con los cuatro cuarteles del escudo de Aragón. Foto  Zaratemán

La segunda calle, lado izquierdo de la fachada, mantiene la composición siguiente: el tarjón propiamente dicho es de piedra negra de Calatorao con inscripción en letras mayúsculas incisas y doradas y viene presentado por una cabeza de ángel alada y rematada en concha avenerada invertida. Se rodea de una guirnalda de hoja de laurel, cintillas que cuelgan de dos rosas y cueros recortados del que emergen cinco gruesas y decorativas tornapuntas. Remata este espacio por la parte inferior un llamativo mascarón de fauces abiertas, lengua fuera y ojos prominentes. En los laterales cuelgan sendas guirnaldas de frutos. Algo más abajo se sitúa el segundo motivo decorativo, el escudo coronado del Reino de Aragón con el emblema de los cuatro reyes moros. Está rodeado en los lados por sendas sirenas y presentado por dos geniecillos cubiertos con una ligera capa al aire que no impiden ver sus cuerpos desnudos. Sendas cabezas de ángeles alados rematan la cima y la punta, respectivamente, la inferior está sobre una concha y se decora lateralmente con cenefa de guirnaldas de frutas.

En cuanto a la tercera calle en el lado opuesto de la fachada, dando al Colegio de Notarios, es semejante en todo a la primera descrita menos, evidentemente, en el campo del escudo y el texto de los tarjetones. En este caso, la piedra armera son las barras de Aragón. Por lo que respecta a la cuarta y quinta calle, a los dos lados de la puerta principal, hay que señalar que son algo más grandes que las anteriores porque las bases de las que parten están situadas a unos niveles inferiores a las de sus parejas homólogas que tienen como arranque los dinteles de las puertas ciegas. En cualquier caso, responden al mismo esquema las cuatro si bien en estos dos casos la parte central la ocupan sendas hornacinas con remate de concha avenerada que se decora con un haz de guirnaldas. En la quinta calle el escudo responde a la misma composición, pero con la cruz de Íñigo Arista como emblema parlante. 2

Interior. Por si fuera poco, en el interior del templo continúa esa exaltación aragonesa. A ambos lados del altar de Santa Isabel, debajo de las dos esculturas que acompañan a la titular, y en las dos puertas que dan acceso al trascoro, existen cuatro bellos conjuntos heráldicos casi idénticos dos a dos. Ocupan por completo las hojas de las puertas y contienen las armas de la Casa de Borbón y las de Reino de Aragón. 3 Ante el altar, además, la cúpula que cubre el crucero apoya sobre cuatro pechinas que vienen decoradas también, como las calles laterales de la fachada, con los cuatro cuarteles del escudo de Aragón, rodeados aquí por coronas de laurel.

José Ramírez de Arellano y su taller. Ca. 1750-60. Retablo mayor de Santa Isabel; imagen titular atribuida a Gregorio Mesa

San Jorge, patrón de Aragón.  En la Real Capilla de Santa Isabel se da un sentido dual pero unitario a todo el conjunto iconográfico. La representación de dos santos aragoneses (Isabel y Jorge) y la representación identitaria con el escudo del Reino de Aragón. En el ático del retablo mayor de la iglesia, se encuentra una escultura titulada San Jorge alanceando al dragón, atribuido a José Ramírez de Arellano y su taller hacia 1750-60. Graciosa figura del santo patrón de Aragón pintada a imitación del mármol, lo que nos habla de un nuevo gusto estético camino del neoclasicismo. A lo largo de los años, esta pieza ha sido muy viajera: en 1955 se bajó e instaló sobre un pedestal en el Palacio Provincial de Zaragoza; en 1974 volvió al retablo; en 1980 fue llevado de nuevo al Palacio Provincial; y en 1998, con motivo de la restauración, ha sido por fin devuelto a su lugar de origen. 4 A los pies del Evangelio, también es producto de una reforma moderna llevada a cabo por el arquitecto provincial Antonio Chóliz y vino a sustituir al altar que allí había de San Pascual Bailón. La reforma consistió en disponer como cabecera un muro semicircular en el que José Baque Ximénez pintó al óleo una composición con el tema San Jorge matando al dragón, sobre un fondo paisajístico y de montañas y casas, dentro del estilo neocubista, expresivista y de ácidos colores propio del artista. El día 3 de abril de 1963 se celebró la consagración de esta capilla. 5

Citas.

-1 Calvo Ruata, José Ignacio. La Real Capilla de Santa Isabel. Diputación Provincial de Zaragoza. 1998.

-2 Boloqui Larraya, Belén. Alabastros en la portada de la Real Capilla de Santa Isabel en Zaragoza. Análisis escultórico, iconográfico y simbólico de los ornatos de alabastro, espejo de virtudes de la Diputación Provincial de Zaragoza (1682-1697). Revista Ars & Renovatio. Centro de Estudios de Arte del Renacimiento – Instituto de Estudios Turolenses. Excma. Diputación Provincial de Teruel. Nº 7, 2019, pp. 123, 126, 131, 132 y 134.

3- Clemente García, Enriqueta. Emblemas heráldicos. En. Imagen de la Reina Santa. Santa Isabel, Infanta de Aragón y Reina de Portugal. Diputación Provincial de Zaragoza. Real Capilla de Santa Isabel. 13 de mayo- 4 de julio de 1999. p. 135.

4- Calvo Ruata, José Ignacio. Retablo mayor de Santa Isabel. En. Imagen de la Reina Santa. Santa Isabel, Infanta de Aragón y Reina de Portugal. Diputación Provincial de Zaragoza. Real Capilla de Santa Isabel. 13 de mayo- 4 de julio de 1999. p. 132.

-5 Calvo Ruata, José Ingnacio. Patrimonio cultural de la Diputación Provincial de Zaragoza. Vol. 1. Pintura, Escultura y Retablos. Diputación Provincial de Zaragoza. 1991. p. 444.

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