Foto de Fernando Alvira Lizano
José Antonio Val Lisa y Daniel Pérez Artigas
Esta tabla, de una calidad artística inigualable, formó parte del monumental Retablo Mayor del Monasterio de Santa María de Sijena (Huesca), uno de los grandes proyectos de pintura del renacimiento español, llevado a cabo bajo el mandato de la priora María Ximénez de Urrea (1510-1521), miembro de una de las grandes familias de la nobleza aragonesa. El magnífico conjunto se ha ido identificando a lo largo de los siglos bajo el seudónimo del Maestro de Sijena, uno de los más celebrados pintores del renacimiento aragonés, datado entre los años 1510 y 1521.
Panteón Real: El Real Monasterio de Santa María de Sijena, fue fundado en el año 1183 por la reina doña Sancha, esposa de Alfonso II de Aragón, apodado el Casto, se constituyó con una casa dúplice, es decir como una comunidad de frailes y otra de sorrores, pero la rama femenina prevaleció siempre. No solo la fundadora procesó, sino que ingresaron también dos de sus hijas y, a partir de ellas y durante toda la historia la flor y la nata tanto de la sociedad aragonesa como de los condados catalanes más próximos. Doña Sancha, convirtió aquel lugar en una extensión de la corte y allí tuvieron lugar actos de transcendencia para la historia de la Corona aragonesa. Al ser enterrado ahí su hijo, Pedro II, Sijena pasó a ser panteón real. A lo largo de tantos siglos de existencia, el monasterio tuvo naturalmente altibajos, pero su decadencia, que algunos historiadores datan demasiado pronto, no se inició hasta el siglo XVIII. En el siglo XIX se acentuó con la Desamortización y culminó en el XX al ser incendiado el monasterio al poco de empezar la Guerra Civil. Fue abandonada a su suerte la reducida comunidad que lo habitaba y, aunque las monjas volvieron a residir allí desde 1943, a finales de 1969 fueron trasladadas a Barcelona y el monasterio quedó vaciado (1). Aunque como bien sabemos la historia no acabo aquí.

Análisis artístico: Como hemos afirmado anteriormente, el retablo mayor del monasterio de Sijena fue desmembrado en el siglo XVIII y sus tablas se encuentran dispersas en colecciones públicas y privadas, dentro y fuera de nuestro país. Esta dispersión comenzó en el siglo XIX, con la venta de catorce tablas a la iglesia parroquial de la cercana localidad de Albelda (Huesca), que representaban al apostolado, a San Gregorio, San Jerónimo, la Entrada de Cristo en Jerusalén, Noli me tangere y la renina Doña Sancha, destruidas durante la Guerra Civil, aunque algunas tablas pudieron ser recuperadas posteriormente. En 1959 el Estado adquirió dos tablas del retablo mayor: La presentación de María en el templo y La Ascensión de Jesús, que fueron adscritas al recién inaugurado Museo de Santa Cruz en Toledo. Lo mismo ocurriría en el año 2003, con la adquisición en pública subasta de la tabla El Nacimiento de Cristo con la adoración de los ángeles, adscrita al Museo del Prado. En Aragón, fueron los museos de Huesca y Zaragoza, los que, entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, aumentaron sus colecciones con piezas procedentes del monasterio oscense, bien por compra o donación. En 1921 entraron en el Museo de Zaragoza dos tablas del llamado Maestro de Sijena, con los motivos de Jesús con la cruz a cuestas y de Cristo ante Caifás. Por su parte, el Museo de Huesca tiene cuatro tablas del autor anónimo aragonés- Abrazo ante la Puerta Dorada, Natividad de la Virgen, La Anunciación y Visitación-. Será el pintor y académico oscense Valentín Carderera, quién adquirió estas tablas en el año 1840, que acabó legando al museo oscense en el año 1873 (2). El reconocimiento a tan enigmático pintor, se debió a que estas tablas, depositadas en el museo oscense, fueron cedidas para la exposición Histórico-Europea de Madrid en 1892 y para la conmemorativa del centenario de los Sitios de Zaragoza en el año 1908. En la obra del Maestro de Sijena se encuentran referencias tanto al realismo flamenco del siglo XV relacionado con el modo de representar las telas, los objetos, que conecta con la sensibilidad y el gusto artístico de la sociedad española en las primeras décadas del siglo XVI. Con ello el pintor crea un espacio remarcado por líneas verticales y horizontales que entran en contradicción con el tamaño realzado de la figura principal de la escena, que rompe la proporción y armonía de todo el conjunto. Las fuentes de inspiración del artista van desde los grabados de Durero, pasando por la escuela de Ferrara, hasta los pintores austríacos como Michael Pacher. En los modelos figurativos se identifican los gustos del Maestro de Sijena con una representación magnífica y expresiva de los rostros y cabezas de algunos personajes. Finalmente, cabe destacar cómo el pintor se recrea en la ejecución exacta de las cosas. Se apoya en un dibujo minucioso y en un colorido brillante y luminoso para conseguir una factura impecable (3).

La Anunciación del Museo de Huesca muestra una composición muy original, en la que aparecen ya todas las características del pintor, incluida una correcta representación de la perspectiva. La Virgen aparece acompañada por la personificación de las virtudes teologales y cardinales, identificables por las letras que las acompañan como FI(des), ES(pes), CHA(ritas), FOR(titudo), IUS(titia), PRU(dentia) y TEM(perantia), María aparece de esta manera como el símbolo o personificación de todas ellas. En primer término se encuentra un jarrón, al parecer de manufactura valenciana, con las azucenas, símbolo de la castidad al igual que el jardín cerrado que aparece en el segundo plano. EL ángel está copiado de un grabado con el mismo tema de Albrecht Altdorfer, fechado en el año 1513 (4). La figura masculina que se encuentra en el patio, que comunica la estancia con aquel, alude a San José. En el mismo fondo, a la izquierda, se recrea un ambiente doméstico, la cocina; en el umbral, la cocinera, figura femenina que representaría a Santa Ana como madre de familia. Los personajes protagonistas de las escenas, que acusan un canon desproporcionado respecto a la arquitectura de las mismas, se sitúan en los primeros planos. La composición espacial viene marcada por la perspectiva lineal situándose el punto de fuga en el jardín simbólico. Regulación de planos hacia el fondo, diferencia de escala entre las figuras, diagonales del pavimento, reclinatorio, techo de la cocina, apertura al exterior en el jardín.
Por su especial calidad, debemos destacar la obra titulada La Adoración de los magos, que fue adquirida en junio del año 2018 por el Meadows Museum de Dallas, principal institución de EE. UU. centrada en el estudio y preservación del arte de España. La pintura al óleo sobre madera está en muy buenas condiciones y es un excelente ejemplo de la paleta de rojos y verdes característicamente exuberantes del pintor, composiciones abarrotadas, atención a la textura y las cortinas, y figuras expresivas con cabello resaltado audazmente y características naturalistas. El trabajo también es de importancia histórica, ya que el mago central se cree que es una imagen idealizada del rey Carlos I de España (r. 1516-1556), quien se convirtió en Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano, en 1519. La figura tiene la tez pálida, cabello rojizo y peinado clásico del siglo XVI común entre los retratos de Carlos I. De los tres reyes es el más destacado, colocado debajo de una pancarta con un águila imperial, y es el único que aún no ha quitado su corona en homenaje al Cristo niño. También deberemos destacar la escena de Jesús entre los doctores de la ley, que pertenece al Museo Nacional de Arte de Cataluña, y que actualmente se encuentra en depósito en el Museo Diocesano de Lérida. Esta composición asimétrica, sitúa al espectador tras la columna de la izquierda, lo que impide parcialmente la visión de la figura de María aunque permite ver el tabernáculo del Templo al fondo, representado como un sagrario gótico (5).

Un nombre, para el Maestro de Sijena: Durante años, los historiadores, han intentado encontrar, sin éxito, el nombre de tan misterioso artista. La falta de información, ha propiciado a los especialistas el no poder responder a respuestas básica sobre el origen y formación del pintor. No obstante, algunos autores como Carmen Morte o Miguel Hermoso Cuesta, ya habían advertido que el origen del artista podía estar en Centroeuropa, pues es notable la influencia que recibe de las escuelas italianas. Tan sólo Mariano de Pano, propone el nombre del autor del retablo: Rodrigo de Sevilla. Aunque no aporta la fuente de dicha información, este pintor, aparece en el protocolo notarial del 9 de octubre de 1514, en el que la priora del Monasterio de Sijena, María de Urrea, da licencia al vicario para que pueda disponer de todos sus bienes. Sin embargo, la reciente devolución de diferentes volúmenes de protocolos notariales procedentes del Real Monasterio de Santa María de Sijena (Huesca), que estaban depositados en el Museo Nacional de Arte de Cataluña y que han retornado a su lugar de origen en aplicación de las sentencias de los bienes de Sijena, han proporcionado nuevos datos de gran interés para la historia de este monasterio, entre ellos el posible nombre del llamado Maestro de Sijena.
El dato lo acaban de divulgar cuatro historiadoras del arte que forman parte del grupo de Investigación Artífice de la Universidad de Zaragoza: Carmen Morte, Ana Agreda y Carolina Naya, vinculadas al centro académico de la capital aragonesa: y Elisa Ramiro, profesora de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid). Los resultados de su investigación los acaban de dar a conocer en el último número de la revista Emblemata, de la Institución Fernando el Católico. Las investigadoras hallaron en seis de los documentos protocolarios, los nombres de los artistas que trabajaban en el monasterio cuando se hizo el retablo: Johan Navarro, Rodrigo de Sevilla, Gaspar Godos, Johan Tudon, Gil de Barbant, Guallart de Camps y Rodrigo de Sagonia. Si se descartaba los carpinteros, doradores o quienes no encajaban como autores del retablo, todo apuntaba a ese «Rodrigo de Sagonia, pintor, habitante en el monasterio de Xixena» que firmó el documento de 1514 como testigo (6).
“La presencia de cinco pintores en Sijena en esa fecha, no concreta una relación directa con el Retablo Mayor ni resuelven por completo el problema de su autoría, pero son un paso más para comprender la propia complejidad de la obra y las formas artísticas del mismo (…) Muy significativa es, sin embargo, la presencia en el monasterio del pintor Rodrigo de Sagonia, que debe ser Sajonia. El origen alemán de este pintor podría aclarar las conexiones artísticas de las tablas del retablo mayor con la pintura centroeuropea (…) Conociendo el sistema de trabajo en estos proyectos, en una obra de la envergadura del Retablo Mayor del monasterio de Sijena debieron intervenir varias manos, como así también da a entender el estudio de las pinturas, dirigidas por un artista principal: el pintor conocido como Maestro de Sijena. Nos inclinamos a identificar a este pintor con el Rodrigo de Sajonia. También fue autor de parte del cuerpo del retablo de San Pedro apóstol del panteón real del monasterio que, según la inscripción que allí figuraba, se hizo en 1517.” (7).
Ficha: Rodrigo de Sajonia (antes Maestro de Sijena). La Anunciación. 1515-1519. Óleo/temple. 156,50cm x 130cm. Museo de Huesca.
Citas:
(1) Menjón Ruíz, Marisancho. Salvamento y expolio. Las pinturas murales del Monasterio de Sijena en el siglo XX. Prensas de la Universidad de Zaragoza. Colección De Arte Nº8. Zaragoza, 2018. P 15-16.
(2) Val Lisa, José Antonio. Los otros tesoros de Sijena. La Aventura de la Historia. Nº 233, marzo de 2018. P76-77
(3) Ramón Sanz, Julio. Maestro de Sijena, en El esplendo del Renacimiento en Aragón, catálogo de la exposición. Zaragoza, 2010. P160
(4) Hermoso Cuesta, Miguel. El arte aragonés fuera de Aragón. Un patrimonio disperso. Gobierno de Aragón. Departamento de Educación, Cultura y Deporte. Zaragoza, 2009. P 345
(5) Hermoso Cuesta, Miguel. Opus Cite…..P. 345
(6) García, Mariano. Un asesinato de hace 500 años resuelve el misterio de la identidad del Maestro de Sijena. Heraldo de Aragón. 20/01/2020.
(7) Morte García, Carmen. Ágreda Pino, Ana. Naya Franco, Carolina. Ramiro Reglero, Elisa. María de Urrea, priora y mecenas de las artes en el Real Monasterio de Sijena (1510-1521). Emblemata. Revista Aragonesa de Emblemática. Nº 25. Institución Fernando el Católico. Zaragoza, 2019. P. 428-431.