Francisco de Goya. San Agustín. 1796-99. Óleo/lienzo. Foto. Chus Marchador
José Antonio Val Lisa y Daniel Pérez Artigas
Desde el pasado miércoles 10 de julio, el Museo Goya Colección Ibercaja-Museo Camón Aznar, exhibe en la Sala principal del Museo, un cuadro del pintor aragonés que representa a San Agustín. La obra, está pintada por Francisco de Goya entre 1796-99, se incorpora al Museo en cesión temporal en depósito procedente de una colección privada.
Se desconocen las circunstancias que rodean el encargo de la serie de cuatro pinturas sobre los Padres de la Iglesia. Debemos recordar que la preocupación por dotar a las enseñanzas de Teología de un mayor rigor científico, se desprende en el seno de una nueva mentalidad ilustrada, que tenía por fin supremo la revalorización del estudio de la Biblia y de los escritos de los Santos Padres, tal y como reflejan algunos informes sobre materia educativa elaborados por intelectuales de la talla de Jovellanos, Pablo de Olavide o Gregorio Mayáns. En este contexto puede influir quién fue el que encargó a Goya el trabajo, ya fuera una congregación religiosa o una entidad particular. Unánimemente reconocida por los especialistas es el año de ejecución de esta serie (1792-93 y 1796-99) después del paso del aragonés por Andalucía, dónde habría tenido la ocasión de ver dos pinturas en la Catedral de Sevilla, dedicadas a San Leandro y San Isidoro, realizadas por Bartolomé Esteban Murillo, cuya influencia pudo apreciarse a la hora de acometer la empresa de representar las figuras de los Santos Padres. San Ambrosio, se encuentra actualmente en el Museo de Cleveland en EE.UU; San Gregorio Magno, que puede visitarse en el Museo del Romanticismo de Madrid, y Sam Jerónimo, que tras muchos años en una colección madrileña hoy se encuentra en la Norton Simon Foundation, en los Ángeles. En cuanto al San Agustín, que hoy puede contemplarse en el museo zaragozano, es la única pieza de la serie que se mantiene en una colección privada. Todos ellos son de análogas dimensiones y se caracterizan por el predominio de los tonos dorados y calientes.
En cuanto a la historia del cuadro, podemos afirmar que la pintura perteneció a la colección Lucas Moreno, de París, de dónde pasó a la de Eugenio Luis de Bayo, de Bilbao, y posteriormente a su actual propietario por línea sucesoria.

Análisis artístico: En este cuadro, San Agustín aparece sedente, en actitud orante, tocado con mitra episcopal y cubierto por capa pluvial de tonalidades cálidas. Los colores de la pintura contrastan fuertemente con el fondo oscuro. El santo está en actitud de oración, mirando al cielo y con una mano abierta, mientas que con la otra escribe en su libro. Destaca la prodigiosa factura de la barba y la expresión entregada de su mirada, ya que está representado en actitud dialéctica, y aunque tiene el libro abierto y la pluma en la mano fija su mirada en lo alto, requiriendo inspiración. Estamos ante una obra rica de color y pintada con gran soltura, logrando un juego de luces, que contrasta con los grandes y robustos pliegues con los que está representado el hábito que porta el santo. La obra, recuerda a las pechinas que pintó para las iglesias aragonesas en su juventud como las de la cúpula de la ermita de Nuestra Señora de la Fuente de Muel, las de la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Remolinos o las pechinas de la cúpula de la Iglesia de San Juan el Real de Calatayud.
Cesión temporal: Desde la reordenación en el año 2015 de la colección, para presentarla como Museo Goya, una de las formulas planteadas por la Fundación Ibercaja, para la mejora de la colección permanente ha sido la cesión de obras del genio de Fuendetodos. De esta manera, junto a los lienzos y grabados que integran la colección permanente del pintor propiedad de la Fundación Ibercaja y de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, el Museo Goya, ha incrementado el número de piezas importantes en depósito como el Retrato de Marianito Goya, incorporado en el año 2016, o el Retrato de Carlos IV, que se encuentra desde el año 2017 en el museo. Obras de arte, que presentan al Museo Goya, como todo un revulsivo para la oferta cultura de Zaragoza, porque muestran la figura y la obra de Goya en su contexto cultural y artístico.