Juan José Gárate: 150 años

Autoretrato. 1934. Óleo/lienzo. © Museo de Teruel

José Antonio Val y Daniel Pérez Artigas

El amplio periodo de tiempo comprendido entre 1869 y 1939, fechas de nacimiento y muerte del pintor aragonés, constituyen una de las etapas más significativas de la historia de España. A la restauración monárquica de aquel más que lejano año de 1874, le siguió la implantación de la dictadura de Primo de Rivera, en 1923, del espejismo de la proclamación de la II República de 1931, se pasó a la más sangrienta y cruel guerra civil  que a este país le ha tocado vivir. En lo que concierne a las artes plásticas, las nuevas corrientes artísticas, se irán implantando en la cultura aragonesa. Gracias al empeño de algunas instituciones, varias generaciones de artistas, pudieron dar a conocer su producción. Para el Estado, su buque insignia era la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado, ubicada en Madrid. Zaragoza, desde 1894, tenía la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, gracias al auspicio del Ayuntamiento y la Diputación Provincial, ahora bien, este centro oficial, no era el único que existía en la ciudad, recordemos a la Academia de Bellas Artes de San Luis o en Ateneo. El panorama formativo se completaba con academias privadas (Viñado, Oliver Aznar en pintura  y para la escultura Francisco de Borja) y las pensiones destinadas para la amplitud de estudios en la Academia de Bellas Artes de Roma, inaugurada en el año 1873, y que desde Zaragoza, sería la Diputación Provincial, la institución que, desde el año 1881 comenzará a regularla. Junto a estos aspectos, debemos destacar el importante papel  que desempeñaron los escaparates de los  comercios, que sirvieron para que algunos artistas expusieran obra. A estas actuaciones, se completa la labor del patrocinio, ejercido de manera excepcional por algunas familias de la nobleza aragonesa como los duques de Villahermosa.

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La madre. Baño infantil fluvial en Albalate (Boceto). 1898-1905. Óleo/tabla. Col. Excmo. Ayto. Albalate del Arzobispo. Foto. Miguel Ángel Serrano.

A nivel nacional, destacamos un nuevo medio de difusión ligado a la oficialidad, las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, que junto a las galerías de arte y la profesionalización de la crítica artística, darán alternativa suficiente a la promoción  de la carrera artística de todo pintor. Este es, a grandes rasgos, el ámbito artístico en el que se desarrollará la obra de Juan José Gárate, hijo por tanto de su tiempo, que se mostrará influido por una serie de condicionantes sociales, económicos y culturales  que se verán reflejados en su obra.

Academicismo (1885-1898): Durante el último cuarto del siglo XIX, la plástica española destacaba por lenguajes más convencionales, que los que se daban en las grandes capitales europeas como París. En Aragón, al igual que en el resto del país, los lenguajes artísticos se situaron entre el naturalismo, academicismo y algo del romanticismo. Nuestro artista, tras la muerte de su padre, en extrañas circunstancias en su querido Albalate del Arzobispo (Teruel), paso por todas las instituciones de enseñanza artística del momento: Desde la Escuela de Bellas Artes de Zaragoza, pasando por la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado, durante cuatro años, para acabar en Roma, meca de todo artista, no podemos olvidar que, a finales del siglo XIX, el artista iba a estudiar a un centro oficial, y luego marchaba en pos de becas, los premios, el mecenazgo institucional y el mercado privado.1 Los pintores aragoneses, que habían conseguido la beca en Roma, eran sin duda los más prestigiosos del momento. A la mayoría de estos pintores se les puede considerar desde Aragón como la Escuela de Roma, sobre todo por el ascendiente y el magisterio que Pradilla ejerció sobre sus paisanos, pero entendida en el sentido amplio de un parecido modo de pintar, con temas comunes en bastantes de ellos, una orientación por los paisajes habituados por figuras y escenas populares, de mayor aceptación en el comercio internacional que el paisaje puro y una técnica de pinceladas menudas, para aplicar  colores de efectos  realistas  pero brillantes 2.

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Vista de Zaragoza. 1908. Óleo/lienzo. Excma. Diputación Provincial de Zaragoza

Modernismo (1900-1911): Tras ocho años de estancia en Roma, Gárate regresa a España, en concreto a Zaragoza, con la intención de triunfar y de poner en práctica todo lo aprendido en la capital del Orbe católico. Tras ser nombrado académico en la Academia de Bellas Artes de San Luis, es nombrado profesor del “Estudio de las formas de la naturaleza y del Arte”, en sustitución de Colorido y Composición, en la Escuela de Artes e Industrias, ubicada en aquel momento, en el sótano de la antigua Facultad de Medicina. El artista se convirtió entonces en la gran promesa del arte aragonés, con el encargo de algunos memorables retratos, como el de Asunción Bosset, o cosechando éxitos en certámenes nacionales e internacionales (medalla de bronce en la exposición Universal de 1900 con la obra Los segadores así como en 1904 obtuvo el segundo premio por su Copla Alusiva), pero sobre todo un merecido reconocimiento público que fue aumentando con el paso del tiempo. Buena prueba de ello es que ya en 1902 se editara una colección de fotografías a partir de sus obras o que fuera el encargado de decorar, en colaboración con Sorolla, el salón de actos de la Facultad de Medicina de Zaragoza durante la visita de los reyes a la ciudad en 1908. 3

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En la reja. 1920. Óleo/lienzo. Museo de Zaragoza. Foto. J. Garrido Lapeña

A la par su pintura fue tornándose más avanzada, empleando una pincelada más suelta, atmósferas  más luminosas  y contornos menos precisos, con la que comenzó a recrear paisajes, muy del agrado del público igualmente. Con su técnica suelta y amable, preciosista en ocasiones, rememoró tanto los posimpresionismos (Río de Belchite, Ansó y Paisaje de Albalate del Arzobispo entre otros).4 En determinados trabajos, incorporó un sentido decorativo  a fin a los principios del modernismo que retomó de forma intermitente a lo largo de su producción (El amor y las flores (1910), Vista de Zaragoza (1908). Mientras que su vinculación con la pintura social estuvo restringida a  obras como Los desheredados, Los emigrantes o El abuelo, realizados en los primeros años del siglo.5

Entre noviembre de 1911 y enero de 1912, el artista, decide trasladarse a vivir a Madrid. Donde recibió una buena acogida como retratista para la burguesía y la aristocracia; tal y como recogieron  publicaciones como la Correspondencia  de España y la Esfera. Paralelamente continuó realizando paisajes y escenas costumbristas, la mayoría inspiradas en asuntos aragoneses, aunque no siempre fue así, ya que el aragonesismo de Gárate, también admitirá giros andaluces o castellanos. Fue un autor muy prolífico, como lo demuestra su gran actividad expositiva (Nacionales de Bellas Artes, Salones de Otoño, Círculo de Bellas Artes, Ateneo de Madrid), en 1928 realiza su primera exposición individual en el Museo de Arte Moderno, con desigual respuesta de la crítica. En ningún momento perdió los vínculos con su Aragón natal, participando en cuantas iniciativas se le proponían desde la región. Además realizó muestras individuales en el Centro Mercantil de Zaragoza en 1924,1925 y 1929.

Últimos años (1920-1939): Con la llegada del otro lado de los Pirineos de un nuevo lenguaje artístico, las vanguardias, provocaron que todo artista que en las primeras décadas del siglo XX no hubiera acatado la línea inflexible de la evolución hacia el cubismo, el surrealismo o el expresionismo abstracto estuviera condenado al olvido. “A partir de un lustro, el artista, sin olvidar sus cuadros de género, concentra su atención en  estudios del retrato femenino, iniciando un nuevo rumbo técnico, encaminado hacia la conquista de lo bonito, más bien que de lo verdadero”.6  Se trata de una colección de retratos femeninos, vinculados a una suerte de nueva figuración, muy al estilo de Romero de Torres, que sitúa a la mujer fatal hispana en el epicentro de todas las miradas. (En la reja (1920), Alma felina (1920), Capítulo de novela (1924)…etc.. “La mujer es el tema central de su pensamiento y de su arte. Unas veces la exalta en desnudos armoniosos de palpitante realismo; otras la elige como pretexto para fantasías de color y composiciones decorativas muy agradables. Y tanto en unas como en otras deja ver la complacencia con que las pinta”.7

150 años después: Como artista, Juan José Gárate, tocó  prácticamente todos los géneros de la pintura, también utilizó casi todas las técnicas conocidas, desde el óleo, la acuarela, el dibujo o el fresco sobre muro. Y hasta hoy, sólo nos llega el recuerdo del pintor regionalista, y quizás el de retratista. Durante mucho tiempo, este artista, como otros tantos contemporáneos suyos, ha sido reducido a ángulos muertos de la historia del arte actual; acusado de practicar un regionalismo ramplón, propio de la España de pandereta que le tocó vivir. El caso es que, tales argumentos resultan indiscutibles. Sin embargo, en las últimas dos décadas, y de manera paulatina, se ha ido reflotando, poco a poco, la figura y la obra de Juan José Gárate. Es tiempo ya, en nuestro siglo XXI, de reconocer los méritos y los fracasos del pintor, de situarlo, por tanto, en el lugar que creemos que le corresponde. Un artista, maestro de la luz y el color, de una dilatada producción artística, que fue reconocido en la escena nacional e internacional.

Citas:

1-Lorente, Lorente, Jesús Pedro. Del romanticismo al simbolismo, en El libro de oro del arte aragonés. Zaragoza, 1998. El Periódico de Aragón. P. 208

2- García Guatas, Manuel. Escuela de Roma. Pintores aragoneses en el cambio de siglo. Universidad de Zaragoza. 2013. P 11-14

3- Castán Chocarro, Alberto. Señas de identidad, Pintura regionalista en Aragón (1898-1939). Institución Fernando el Católico, Excma Diputación Provincial de Zaragoza. 2016. P. 359

4-Lomba Serrano,  Concha. La plástica contemporánea en Aragón (1876-2001). Ibercaja Obra Social. Zaragoza 2002. P. 177

5- Castán Chocarro, Alberto. Opus cite. P360

6-Menéndez Casal, A. La obra de Juan José Gárate. ABC, Madrid, 11 de mayo de 1924. P48

7- Francés, José. En el Círculo de Bellas Artes. Exposición de José Gárate. La Esfera, Madrid, 15 de marzo de 1924. P. 10

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