José Antonio Val y Daniel Pérez Artigas
El patrimonio, en un sentido amplio, está integrado por los bienes y derechos de los que el individuo o en su caso la institución sea titular. Las Diputaciones, en cuanto que son entidades locales, tienen la obligación de ejercer las acciones necesarias para defenderlo y así queda recogido en su normativa legal. La creación hace más de un cuarto de siglo, en 1985, del Servicio de Restauración de la Diputación Provincial de Zaragoza, ha resultado crucial para extender su obra a todo el territorio provincial y, desde entonces, son cientos los municipios zaragozanos que se han beneficiado de las ayudas y el asesoramiento técnico provincial.
El Palacio de Sástago expone la quinta edición de la exposición “Joyas de un patrimonio”, comisariada por los funcionarios de la Diputación Provincial de Zaragoza, el historiador del arte José Ignacio Calvo Ruata y el arquitecto Carlos Bressel. Esta exposición muestra el gran trabajo que hace la Diputación de Zaragoza, que aboga por el patrimonio y la defensa de los municipios invirtiendo en el medio rural y en su arte. Y es que en el período que abarca esta quinta edición de ‘Joyas de un patrimonio’, permite disfrutar de 85 objetos y 36 edificios restaurados entre los años 2011 y 2019.

El repertorio de obras artísticas que ahora se presenta, constata una amplia diversidad, tanto por el extenso arco cronológico que abarcan, desde el siglo XIV hasta el siglo XX, como por la variedad de funciones, formas y significados que encierran. Buena parte de las piezas presentadas son escasamente conocidas, cuando no prácticamente inéditas. En muchos casos, la identificación documentada de los artistas que crearon las obras no suele ser fácil, (el reloj viejo del Monasterio de Veruela, Duda de Santo Tomás o la pintura de Santa María la Mayor). Determinadas piezas de la exposición eran fragmentos de conjuntos mayores, en particular elementos extraídos de retablos cuyo montaje entero hubiera sido inviable (Retablo de Santa María la Mayor de Tosos, 1457-58, obra del taller de Blasco de Grañén; el retablo de la Virgen de la Corona de Erla, 1465-66, de Tomás Giner y Arnault de Castellnou; el retablo de San Miguel Arcángel de Abanto, h1525, de Juan Soreda). La exposición mantiene un discurso coherente, entre la extensa selección de obras de arte restauradas encontramos retablos, esculturas, documentos, carteles, un órgano…etc.. destacando piezas en pintura como: La Virgen del Rosario con Santo Domingo de Guzmán, de José Luzán (1770), el retablo de la Divina Pastora de Badules, de fray Manuel Bayeu; el busto de San Indalecio de Damián Forment (1536-37) o una momia procedente de la iglesia del Piquete de Quinto. Por primera vez, la exposición incluye un audiovisual y 24 paneles en los que a través de planos y fotografías, pueden verse las restauraciones realizadas en 36 edificios civiles y religiosos.
Un poco de historia: La primera exposición dedicada a las “Joyas de un patrimonio” se celebró hace tres décadas, en 1990, con un doble objetivo: mostrar la riqueza y el enorme valor artístico del patrimonio cultural de la provincia y a la vez dar a conocer las intervenciones promovidas por la Diputación Provincial de Zaragoza para conservarlo. Desde entonces la institución provincial ha organizado otras cuatro muestras con el mismo título y filosofía, que constituyen años de trabajo y esfuerzo, de una pequeña parte del rico patrimonio de Aragón.

Breve Historia del Servicio de Restauración de la Diputación Provincial de Zaragoza: Dos actuaciones de urgencia emprendidas en 1980 por la Diputación en las localidades de Fuentes de Jiloca e Ibdes, fueron sin duda el germen para la creación del servicio de restauración de Monumentos en la Provincia de Zaragoza. En años posteriores se añade un nuevo e importante capítulo en este proceso: la Diputación adquiere diversos edificios monumentales para uso propio, situados en Zaragoza y en las distintas cabeceras de comarca, rescatando así de la ruina o del posible derribo edificios de gran calidad artística que una vez restaurados pasarían a servir de sedes para actividades administrativas y culturales. Ejemplo destacado ha sido el Palacio de Sástago, que treinta años más tarde se ha convertido en referencia obligada para la vida cultural zaragozana, y el Monasterio de Veruela, monumento emblemático cisterciense en Aragón. La Diputación de Zaragoza, programaría exposiciones en el Palacio de Sástago, para difundir esta labor. La primera titulada Recuperación de un Patrimonio, Restauraciones en la Provincia.
Esta exposición, que se ha convertido ya en un clásico en el calendario expositivo dedicado al arte aragonés, revela el tesón de la Diputación por restaurar, rehabilitar y mejorar su propio patrimonio artístico así como el provincial
Joyas de un patrimonio V. Diputación Provincial de Zaragoza. Hasta el 23 de junio del 2019